Cómo cuidar mi chinchilla

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La chinchilla es un animal pequeño y nocturno, con una media de vida muy similar a la de un gato o un perro y que necesita cuidados específicos. Por eso, es importante saber cómo debo cuidar a mi chinchilla, qué tiene que comer o dónde debe vivir.

Las chinchillas son pequeños roedores, que pesan unos 500 gramos y pueden llegar a vivir entre 12 y 15 años, dependiendo de sus cuidados, alimentación e higiene. Como en la mayoría de las especies animales, los machos son algo más grandes que las hembras.

Estos roedores son animales nocturnos, por lo que tendrán una mayor actividad durante ese momento del día, por ello, aunque vivan en una jaula, es importante disponer de tiempo para que pueda salir de ella como mínimo una hora al día.

Las chinchillas son muy tranquilas, conviven bien con animales de su misma especie y son pacíficas con los humanos, sobre todo si son conocidos para ellas. Su manera de comunicarse es mediante pequeños chillidos y a veces incluso con “mordisquitos” que no deben asustarnos.

Es importante dejarlas a su aire y que permanezcan tranquilas, ya que la sensación de cogerlas o manipularlas les puede generar bastante estrés. Más aún cuando se trata de un extraño.

¿Dónde debe vivir una chinchilla?

El mejor sitio para estar en casa es una jaula de tamaño amplio y bien acondicionada. Lo recomendable es poner mínimo 2 o 3 alturas para que pueda subir, bajar y moverse libremente y, si es posible, una vertical, con una altura mínima de 1,5 metros y de ancho la mitad.

En la jaula debe haber espacio para poner sustrato o arena en el suelo, y debemos evitar siempre las rejillas, ya que pueden quedarse enganchadas y fracturarse algún hueso o hacerse heridas.

Estos pequeños roedores son muy inteligentes y suelen asearse solos y de manera correcta, rebozándose en la arena, que les sirve tanto para limpiarse como en modo sustrato, por lo que no debemos bañarlos como hacemos con otras mascotas.

También es importante tener en cuenta un espacio para el comedero y el bebedero. Este último es más recomendable que sea por goteo que de cerámica, ya que el segundo puede rebosar el agua y humedecer la arena, lo que hará que nuestro roedor se moje. La arena se debe cambiarse a diario.

Otra opción recomendable es que la jaula tenga una zona donde podamos poner el heno bien aislado de humedad y donde el animal tenga disposición libremente de lo que necesite. Se pueden poner bolsas de tela enganchadas o cajas de plástico donde quede recogido.

Debemos poder tener también juguetes, conductos para que se pueda esconder y resguardarse y rampas para poder subir y bajar, además de otros métodos de distracción.

Otra recomendación es que le dediquemos tiempo, y la saquemos de la jaula para poder jugar fuera con ella y que así tenga contacto con el exterior, siempre bajo vigilancia para que no pueda comer objetos como cables o madera. No debemos olvidar que se trata de un roedor.

¿Qué alimentación debemos darle?

La alimentación principal deberá ser un 80% de heno, heno de alfalfa hasta los seis meses y de avena después de los seis meses. El heno es importante en la alimentación por dos motivos:

  • Aporta una fuente muy importante de fibra para poder mover el aparato digestivo de manera correcta y evitar que se paralice.
  • Permite, al igual que en los conejos, un buen desgaste de dientes y de muelas.

A parte, deberemos incluir en la dieta de la chinchilla piensos comerciales preparados que aporten sobre todo fibra y nutrientes esenciales. Como extra, un 5% de la alimentación debería ser verduras como la acelga, la espinaca, la zanahoria o los canónigos.

Alimentos que no debe comer una chinchilla

Existen algunos alimentos que se debe evitar, para no poner en riesgo la vida de nuestra chichilla:

  • Cebolla.
  • Patata.
  • Frutos secos.
  • Quesos o lácteos.

¿Qué otros cuidados necesitan?

Las chinchillas son roedores que no necesitan ser vacunados, pero eso no implica que descartemos hacer una revisión anual completa para que el veterinario pueda explorarla y visualizar sus dientes, el peso, su sistema respiratorio y otras consultas que nos puedan surgir.

Al ser animales tan pequeños e indefensos es muy importante que tengamos presente que si notamos alguna complicación, acudamos a un veterinario especializado para que nos asesore.